pero se nos hace de día en los ascensores
y me aburro oyendo discutir a Bon Iver
con Buckley
-cuando él mismo se contradecía-
siempre interrumpidos por el grito de Tom,
él sabía bailar
-entre anónimos e iguales-
y seguro que no consideraba inocentes
a aquellos que afirman
abrazar las estrellas
y bajarlas a la Tierra
es como plantar
un campo de sal
-entre perfume y colores-
necesitas velocidad en esa carretera universal
-entre días y noches-
aunque solo sea para ver el gran océano atlántico
-danza sobre todas las cabezas-
que nada tiene que ver con la arena -artificial- de nuestras playas
de donde hemos sacado las rocas
para enviarlas al espacio -el nuestro- en forma de meteoritos
no mirarás los asteroides -atados entre el gran Dios del rayo y el de la guerra-
sino el satélite anclado a tu órbita
-entre anónimos e iguales-
cogiendo velocidad
-entre días y noches-
para bailar.
Benedetti hablaba de miradas atlánticas...
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