18.6.12

Con tu mirada subrayas lo que quieres del mundo




     todas las mañanas de café llevarán intrínseco el olor de aquella, 
                                                  llevarán tu nombre o tu gesto.

la voz de un coro de voces blancas
no porta tu nombre
son otros quienes lo arrastran
él, aquellos,
                          yo
pero no como una sombra
sino como un leve movimiento
de pupilas, de cuello
                          en el pensar(te)
él no se ahoga en este extenso
mar de arena -azul hirviente
a la vez que gélida-
                          Desconcertante.
Hurta el paisaje: las nubes, la bóveda celeste,
las montañas y los árboles
la energía, no todas las palabras;
tampoco el horizonte
Y abrígate.
ruido de la constancia, palpitar
-que no eres como una caja llena de relojes-
que recuerdas a la muerte
                                  la misma vida


y yo me vuelvo sobre ti
aquí y ahora
hija del éxodo y del hambre
amiga de los demás olvidados
que vuelves a abrir el mundo tras el parpadeo
sonido que recuerdas a la vida
                                  la misma vida.









En recuerdo tuyo. En el instante de ella. También a Dani.




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