15.1.11

 suena con ese

Los pies se clavaban en el asfalto arrancando el petróleo.
Silencio.
Perdimos de vista a los ladrones de la noche.
Olor a calles vírgenes, las seis de la mañana.
El sol bosteza a lo largo de la ciudad, arrastrándose, cual serpiente,
por la carretera.
Lloran persianas, otras gritan. Gimen puertas, despiertan luces.
Susurros.
El aire sabe a miel, café, leche. Dos cucharadas de azúcar.
El rocío se estira, piernas y brazos, y comienza a andar.
Los peces continúan con los ojos bien abiertos.
Son algunos, pocos, los transeúntes que descienden la calle
dejándose llevar, mirando al frente.
Suspiros.
Chocan, los rebotes del habla de sus pasos,
cuatro esquinas más allá.
Hay colisión de miradas y de algunas palabras que se escupen
en la cara: «Buenos días».
El alcantarillado tose el humo de los cigarros,
una nube se cierne sobre el boulevard.
Todo suena a gris y música de los sesenta.
Soul.
Hemos olvidado a los viejos poetas.
Bautizamos a huesos con nombres de los que no existen
y luego creemos no tener imaginación.
Quién no ha leído las últimas líneas de algún libro.
Hemos conocido finales y nos siguen asustando.
El poema no tiene rima. La rima se pierde,
se diluye y acaba al final de la hoja.
Mancha.
Ya sabes cómo termina:
vomitan negro, aparecen unos cuantos mirones y,
en medio, la luna.

2 comentarios :

  1. se nota que es tu royo pero creo k tendrias k variar de ambiente pork hay bastantes similitudes (alomejor son intencionadas si es eso estoy kedando un poco mal),
    pero esta guay enserio

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  2. Me encanta que las persianas lloren, es tan visual. Bien ambientado.
    Un beso!

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